REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
El telescopio espacial James Webb de la NASA ha descubierto nuevas evidencias de que un planeta fuera de nuestro sistema solar podría albergar vida. Este potente 'observador cósmico' telescopio ha hallado la presencia de metano y dióxido de carbono mientras observaba K2-18b, un exoplaneta -llamados así los planetas parecidos al nuestro- a 124 años luz de la Tierra. Un cuerpo celeste 8,6 veces más grande que nuestro mundo.
K2-18b, descubierto inicialmente en 2015 por el telescopio espacial Kepler, orbita una estrella enana roja -pequeñas estrellas, más frías y con la luminosidad más débil- llamada K2-18. La relación de este exoplaneta con la enana roja es similar a la relación de la Tierra con el Sol.
K2-18b tiene una órbita de 33 días dentro de la zona habitable de K2-18, lo que significa que recibe la misma cantidad de luz que la Tierra recibe del sol y podría tener condiciones similares a las de la Tierra. Ha sido estudiado como un mundo potencialmente habitable y en 2019 se descubrió vapor de agua en su atmósfera.
Pues bien, un reciente análisis de las observaciones del telescopio James Webb encontró que dicho planeta tiene abundante metano y dióxido de carbono en su atmósfera. La presencia de estas moléculas portadoras de carbono, junto con la escasez de amoníaco, podría indicar una atmósfera rica en hidrógeno que rodea a un mundo oceánico, según un comunicado de prensa de la NASA. Y es que el carbono se considera el componente básico de las formas de vida en la Tierra.
Pero no sólo eso, además, las últimas observaciones de este posible gemelo nuestro también sugieren que hay una molécula muy especial en él, llamada sulfuro de dimetilo (DMS). En la Tierra el DNS “sólo lo produce la vida”, según la NASA. "La mayor parte del DMS de la atmósfera es emitido por el fitoplancton en ambientes marinos".
Los investigadores no están sugiriendo abiertamente que K2-18b esté plagado de vida extraterrestre. Se necesitan muchas más investigaciones para confirmar la presencia de DNS, dijo el astrónomo Nikku Madhusudhan, profesor de astrofísica y ciencias exoplanetarias de la Universidad de Cambridge. Madhusudhan es el autor principal de este nuevo artículo científico que describe los hallazgos y que ha sido publicacado en The Astrophysical Journal Letters.