REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
Papeleta complicada la de los eurodiputados. Y es que esta prohibición o exclusión del gigante asiático de la Quinta Generación en el continente, podría suponer declararle toda una guerra tecnológica, algo que ya está más o menos ocurriendo con EE.UU. -tal y como hemos informado en esta sección-.
La Comisión Europea está valorando imponer esta obligación a los 27 estados miembro, y evitar así que utilicen suministradores considerados de alto riesgo, en cuanto a la seguridad en sus redes 5G se refiere. Esta información publicada por el diario Financial Times, cita como fuentes a funcionarios comunitarios con conocimiento en estas materias.
Una medida que se pondría en marcha precisamente por la pasividad de algunos países como España, que todavía no han hecho los deberes en cuanto a elaborar una 'lista negra' oficial de suministradores. De hecho, y hasta el momento, solo un tercio de los países de la UE han prohibido a Huawei en partes críticas de sus redes de telecomunicaciones 5G, pese a las recomendaciones de Bruselas de que la compañía presenta un serio riesgo de seguridad.
Aunque este ultimátum por escrito, de cómo deben actuar los gobiernos europeos en materia de 5G, parece que no llegaría antes del 2024 debido a finalización del actual mandato de la Comisión Europea. Una decisión crucial en lo tecnológico, que necesita obtener el respaldo del Parlamento Europeo y de todos sus miembros.
Según un estudio de la consultora danesa Strand, casi el 60 % de las redes 5G que se han desplegado a día de hoy en el continente cuentan con numerosos componentes fabricados por Huawei o por ZTE, un competidor chino con sanciones milmillonarias impuestas por EE.UU. por vender tecnología a Irán o Corea del Norte.
Por su parte, la Administración estadounidense lleva años presionando a sus socios europeos para que saquen de sus carteras a los proveedores chinos de las redes e infraestructuras 5G, pues los consideran un serio peligro para Occidente -y si no que se lo digan, por ejemplo, a 'Tik Tok'-. Washington tiene la firme convicción de que estas grandes empresas trabajan codo con codo para el Gobierno de Xi Jinping y que son utilizadas para obtener información sensible y clasificada de otros países. Una crisis que se ha agravado con la Guerra de Ucrania y la cercanía de posturas entre Pekín y Moscú a medida que ha ido avanzando la invasión.
A pesar de lo complicado de estas decisiones geo-políticas, los vetos en el 5G han comenzado ya a tomar forma en Europa. Mientras la postura de España es 'no sé, no respondo', Alemania estudiará concienzudamente los componentes chinos en su red 5G para detectar posibles riesgos de seguridad. O Portugal, que ha anunciado que prohibirá el uso de proveedores con sede fuera de la UE y de estados no miembros de la OTAN y de la OCDE.
Parece que una nueva 'Guerra Fría', ahora en lo tecnológico, se está acercando más y más. Porque las batallas sí que han comenzado y a China estos movimientos de tablero no le están gustando nada. Sin embargo, el suyo podría ser dejar de abastecer de cualquier tecnología al resto del mundo o la de no comprar nada más allá de sus fronteras. Algo que sería toda una hecatombe global.