REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha compartido una actualización fascinante sobre su exploración en el cultivo de carne en el espacio, describiendo la investigación como "prometedora". Desde 2021, la ESA ha estado en busca de expertos en carne cultivada para potenciar futuras misiones espaciales, y los últimos resultados indican que la producción de carne en el espacio podría no ser solo una fantasía.
Denominada también como carne artificial, esta innovadora fuente alimentaria es descrita por los expertos como "idéntica a la carne convencional", solo que sin la participación del animal en el proceso. La carne cultivada implica extraer células de animales que naturalmente generan carne para nuestro consumo y emplear esas células como base para el desarrollo de carne fuera del organismo animal.

¿Quién inventó la carne de laboratorio?
La primera vez que hizo acto de presencia fue en forma de hamburguesa. Un 'Big Mac' cultivado a partir de carne de res, que tuvo lugar en agosto de 2013. Este logro fue fruto del trabajo de un equipo liderado por el farmacólogo holandés y profesor de Fisiología Vascular en la Universidad de Maastricht Mark Post.
En la actualidad, cerca de 60 empresas emergentes tienen la ambición de fabricar y comercializar carne cultivada, no limitándose únicamente a la variedad bovina, sino extendiéndose a opciones como pollo, pato, productos del mar, foie gras y hasta carne de canguro, entre otras.
Dos equipos, una misión carnívora espacial
Dos equipos, uno liderado por la empresa de biotecnología espacial Yuri y la Universidad de Reutlingen en Alemania, y otro por Kayser Space, Cellular Agriculture y Campden BRI en el Reino Unido, han trabajado de manera independiente en el desarrollo de esta idea. Financiados por la ESA, compararon la carne cultivada con alternativas proteicas como plantas y algas, proponiendo diferentes métodos de producción y tecnologías de biorreactores.
Resultados prometedores y futuro espacial sostenible
Los resultados de la investigación han sido alentadores, con ambos equipos concluyendo que la idea de producir carne cultivada en el espacio no es descabellada y merece una investigación más profunda. La ESA está comprometida en desarrollar tecnologías que mejoren los bioprocesos y el uso de recursos metabólicos a bordo de las naves espaciales, una contribución crucial para avanzar en este proyecto. La carne cultivada no solo se presenta como una solución para alimentar a astronautas durante misiones prolongadas, sino que también podría tener aplicaciones prácticas en la Tierra, acelerando la transición hacia métodos de producción de carne más sostenibles.

Perspectivas terrestres: un Cambio transformador en la industria de la carne
El impacto de esta investigación no se limita al espacio exterior. La ESA insta a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria a seguir los pasos de Singapur y Estados Unidos, otorgando aprobaciones para la venta de carne cultivada. Este desarrollo podría tener implicaciones significativas para la producción de carne en la Tierra, ofreciendo una alternativa más sostenible y ética a los métodos tradicionales de cría animal. La carne cultivada, aún en sus primeras etapas de desarrollo, se presenta como una revolución en la forma en que producimos y consumimos carne, ofreciendo una oportunidad única para cambiar la industria de la alimentación.
Desafíos y futuro espacial sostenible
Aunque queda mucho trabajo por hacer antes de que la carne cultivada sea una realidad en las misiones espaciales, la ESA está comprometida con una hoja de ruta que aborde los desafíos tecnológicos y de conocimiento. Desde comprender cómo las células se adaptan a la gravedad y radiación en el espacio hasta desarrollar tecnologías avanzadas de soporte vital, la investigación continúa. La producción de carne en gravedad cero plantea desafíos únicos, pero también abre la puerta a soluciones transformadoras tanto para el espacio como para la alimentación en la Tierra.
Conclusión: dejando obsoleto el modelo convencional
El ingeniero de la ESA, Paolo Corradi, destaca que la sensación es que estamos en el inicio de un proceso que podría transformar la industria de la carne, dejando obsoleto el modelo convencional de producción. Los países desarrollados, según Corradi, tienen la oportunidad histórica de abandonar la cría y matanza de animales, una práctica ineficiente, insostenible y cada vez más cuestionada éticamente. La carne cultivada emerge como una alternativa emocionante y necesaria, llevando la alimentación humana hacia un futuro más sostenible y ético.