'REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
Ha traído de cabeza durante décadas a los más prestigiosos investigadores. Y sigue trayendo, pues a pesar de conocerse ya su uso, sigue resultando increíble cómo un artefacto de hace más de 2.100 años pudo estar compuesto de esta magnífica 'tecnología'.
Indiana Jones y el dial del destino, la quinta parte de la saga del Dr. Jones, ha ‘recuperado’ el conocido como mecanismo de Anticitera. Algo así como una computadora analógica y/o mecánica de la antigüedad y construida por científicos griegos, entre el año 150 y 250 a. C. Este objeto fue rescatado en el Mar Egeo a principios del siglo XX por marineros de la zona, cerca de la isla helena de Anticitera, de ahí su nombre. Apareció entre los restos del naufragio de una embarcación romana de aquella época. Aparentemente fue diseñado para predecir posiciones astronómicas y los eclipses de hasta diecinueve años, con propósitos astrológicos y calendáricos. Fascinante.
Expuesto hoy día en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, este 'dial del destino' se alojaba dentro de un cajón de madera de unos 33 centímetros de altura por 18 de ancho y ocho de fondo. Hasta el momento se han hallado 82 fragmentos conocidos, siete de los cuales contienen la mayoría del mecanismo y las inscripciones. El último de ellos fue descubierto en 2018: una rueda dentada con el dibujo de un toro, y que posiblemente represente a la constelación de Tauro. El engranaje más grande -arriba, en la imagen principal- mide aproximadamente 140 mm de diámetro y originalmente contaba con 223 dientes.
En su obra De Republica, Marco Tulio Cicerón, político, filósofo, escritor y orador romano, menciona dos máquinas diseñadas y construidas por Arquímedes, y una de ellas podría ser la que nos ocupa. Unos artefactos considerados por los científicos actuales como mecanismos de tipo planetario, predictores de los movimientos de la Luna y el Sol -los principales cuerpos cósmicos conocidos entonces-, y también de los eclipses. Unas máquinas que según Cicerón pasaron a poder del cónsul romano Marco Claudio Marcelo tras el batalla de Siracusa, entre griegos y romanos, ocurrida en el año 212 a. C.
Con todo ello parece que el mecanismo de Anticitera no fue el único de su 'especie', como muestran las referencias de Cicerón, y esto da pie a la idea de que en la antigua Grecia se construyeron toda una serie de aparatos mecánicos complejos. Una expansión 'tecnológica' que se vio interrumpida en algún momento de la antigüedad, sin saber por qué, hasta 1.600 años después, época en que se inició el desarrollo de relojes astronómicos en Europa (hacia el s. XIV).