REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
El Ayuntamiento de Sevilla está esperanzado en que no se hayan visto comprometidos datos personales de los ciudadanos ni los servicios de emergencia después del reciente ciberataque sufrido, y por el que se ha tenido que paralizar por completo todas las actividades administrativas.
Aunque no se ha podido confirmar por completo el robo masivo de información confidencial, se ha llamado a la precaución a los sevillanos para que hagan caso omiso a cualquier sms o correo electrónico que reciban identificándose como el consistorio hispalense. Todo ello para evitar acciones online que pudieran comprometer sus datos bancarios.
Ahora, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especializados en delitos informáticos, y el Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT), están llevando el caso para comprobar la gravedad de los hechos. Los ciberdelincuentes de los que sí se sabe que son de nacionalidad holandesa, han solicitado un rescate millonario para restaurar los sistemas informáticos. Un secuestro digital por el que piden una ingente suma de dinero.
Al parecer, y según los investigadores, el responsable de esta actividad delictiva es "uno de los grupos de hackers más destacados a nivel mundial", posiblemente el conocido como 'LockBit'. Una banda organizada y sin identificar que se dedica, a través de softwares maliciosos, a encriptar datos para luego ofrecer una solución a las víctimas mediante un modelo de servicio “Recovery As A Service”.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla ya se ha subrayado que no se negociará con ciberdelincuentes bajo ninguna circunstancia. Asimismo, se ha asegurado que el consistorio ha invertido en ciberseguridad y cuenta con una importante partida presupuestaria para tal efecto, aunque cuando hay un ciberataque "todo el dinero es poco", según afirman fuentes municipales.
No es el primer ciberataque al Ayuntamiento de Sevilla
En 2021 ya se produjo otra supuesta estafa por la "suplantación de identidad de la empresa adjudicataria del contrato de las luces de Navidad para cobrar por el servicio". El abono de aquel contrato rondaba el millón de euros.
Denominada como 'Man in the Middle' o 'ataque del intermediario', este tipo de ciberestafa consiste en interceptar las comunicaciones entre dos interlocutores para acceder a toda la información y luego modificarla a su antojo, sin que lo sepan los afectados.
Un delito cibernético muy extendido ya, pero que sigue surtiendo efecto para los hackers entre las administraciones, instituciones públicas y empresas privadas de España.