REDACCIÓN 'EL OBSERVATORIO'
Un reconocido científico germano ha afirmado, en un artículo reciente para Big Think, que la NASA podría haber descubierto vida en Marte sin darse cuenta hace casi 50 años y posteriormente haberla matado de manera accidental antes de tener conocimiento de lo que era. Sin embargo, ya le han salido detractores que dicen que estas afirmaciones son una fantasía descabellada.
Después de aterrizar en el Planeta Rojo en 1976, los módulos de aterrizaje Viking de la NASA podrían haber tomado muestras de pequeñas formas de vida resistentes a la sequía marciana, escondidas dentro de sus rocas, según ha sugerido Dirk Schulze-Makuch.
Si estas formas de vida extremas existieron y continúan existiendo, los experimentos llevados a cabo por aquellas sondas podrían haberlas eliminado antes de ser identificadas, ya que las pruebas realizadas sobre el terreno habrían sobrepasado las condiciones de habitabilidad de aquéllas. Y es que microbios similares a los que describe Schulze viven actualmente en la Tierra, por lo que hipotéticamente podrían vivir también en el Planeta Rojo.
Las misiones Viking
Cada uno de los módulos de aterrizaje Viking (Viking 1 y Viking 2) llevó a cabo en su día cuatro experimentos en Marte:
- El experimento del espectrómetro de masas con cromatógrafo de gases (GCMS), que buscaba compuestos orgánicos o que contuvieran carbono en el suelo marciano.
- El experimento de liberación marcada, que probó el metabolismo de la superficie añadiendo nutrientes radiactivos al suelo.
- El experimento de liberación pirolítica, que probó la fijación de carbono por parte de posibles organismos fotosintéticos.
- El experimento de intercambio de gases, que comprobó el metabolismo de Marte monitoreando cómo los gases que se sabe que son clave para la vida (como el oxígeno, el dióxido de carbono y el nitrógeno) cambiaban alrededor de muestras de suelo aisladas.
Los resultados de los experimentos fueron confusos y desde entonces han seguido desconcertando a algunos científicos. Los experimentos de liberación marcada y liberación pirolítica produjeron algunos resultados que respaldaron la idea de que había vida en Marte. En ambos experimentos, pequeños cambios en las concentraciones de algunos gases indicaban que se estaba produciendo algún tipo de metabolismo.
También se encontró algunos rastros de compuestos orgánicos clorados, pero en ese momento, los científicos de la misión creían que los compuestos eran parte de la contaminación de los productos de limpieza utilizados en la Tierra. Desde entonces, los módulos de aterrizaje y rovers posteriores han demostrado que estos compuestos orgánicos se encuentran de manera natural en Marte.
Sin embargo, el experimento de intercambio de gases, considerado el más importante de los cuatro, produjo un resultado negativo, lo que llevó a la mayoría de los científicos a concluir finalmente que los experimentos Viking no detectaron vida marciana.
Por su parte, en 2007, el módulo de aterrizaje Phoenix de la NASA, sucesor de los módulos de aterrizaje Viking, encontró rastros de perclorato, una sustancia química que se usa en fuegos artificiales, bengalas y explosivos, y que se encuentra dentro de algunas rocas marcianas.
El consenso científico general es que la presencia de este perclorato podría explicar de manera razonada los gases detectados en los resultados originales de aquéllos primeros módulos, lo que esencialmente ha "resuelto el dilema Viking" de si se encontró o no vida.
Pero Schulze-Makuch cree que la mayoría de los experimentos pueden haber producido resultados sesgados porque utilizaron demasiada agua. Los experimentos de liberación marcada, liberación pirolítica e intercambio de gases implicaron agregar agua al suelo.
El agua da la vida, pero también puede matarla
“Dado que la Tierra es prácticamente un planeta acuático, parecía razonable que agregar agua pudiera incitar a la aparición de vida en un ambiente extremadamente seco como el de Marte", escribió Schulze-Makuch.
En entornos terrestres muy secos, como el desierto de Atacama en Chile, hay microbios extremos que pueden prosperar escondiéndose en rocas higroscópicas, que son extremadamente saladas y absorben pequeñas cantidades de agua del aire que las rodea. Estas rocas están presentes en Marte, que tiene cierto nivel de humedad que hipotéticamente podría sustentar a tales microbios.
Si estos microbios también contuvieran peróxido de hidrógeno, una sustancia química compatible con algunas formas de vida en la Tierra, les ayudaría a absorber más humedad y también podrían haber producido algunos de los gases detectados en el experimento de liberación marcada, propuso Schulze-Makuch.
Pero demasiada agua puede ser mortal para estos pequeños organismos. En un estudio de 2018 publicado en la revista Scientific Reports, los investigadores descubrieron que las inundaciones extremas en el desierto de Atacama habían matado hasta el 85 % de los microbios autóctonos que no podían adaptarse a condiciones más húmedas.
Por lo tanto, agregar agua a cualquier microbio potencial en las muestras de suelo de la Viking pudo haber sido el equivalente a dejar a los humanos varados en medio de un océano: ambos necesitan agua para sobrevivir, pero en concentraciones incorrectas, puede ser mortal para ellos, escribió Schulze-Makuch.
Afirmación controvertida... y compartida
Esta no es la primera vez que los científicos proponen que los experimentos Viking pudieron haber matado inadvertidamente a los microbios marcianos. En 2018, otro grupo de investigadores propuso que cuando se calentaron muestras de suelo, una reacción química inesperada podría haber quemado y matado los microbios que vivían en esas muestras. Este grupo afirma que esto también podría explicar algunos de los resultados desconcertantes de los experimentos.